viernes, 26 de julio de 2013

L U G A R 0 1 _ V I A D U C T O T R E G U A L E M U - Q U I L I C U R A


















Ubicación:  14 km al sur de Curanipe entre Tregualemu y Quilicura , a 10 km del limite regional 




H I T O /  F I N A L   D E L   R E C O R R I D O

La construcción del puente dio lugar a un punto de observación muy visitado, donde se puede contemplar el paisaje desde un amplio espacio para estacionar vehículos y acceder a la playa por un sendero escarpado.

Esta pausa en recorrido por el borde costero se transformó en un hito que marca un limite entre los pueblos aledaños y los bosques de las empresas forestales.

Permite la continuidad de la Ruta por la costa hacia Cobquecura, además de solucionar el flujo vehicular hacia sectores rurales adyacentes, facilitando el  tráfico forestal de las empresas establecidas en la zona permitiendo el transporte expedito de su producción a Constitución, además de posibilitar el recorrido por la costa.


















viernes, 12 de julio de 2013

E S P A C I O _R E S I D U A L




M O D E L O










Los castilletes se emplazan paralelamente dejando un mínimo de separación de 20cm entre sí, generando  filas de 1 o 2 unidades como máximo.  El espacio contenido entre los cubos de madera se manifiesta como un volumen fluido y continuo que otorga una condición de interioridad, rasgo imperceptible al observar y recorrer una torre, puesto que concebimos el cuerpo como un objeto impenetrable.

El volumen acotado entre muros rugosos de diversa trama y composición logra que el castillete pueda ser visualizado en su interior. La continuidad de este lugar está  configurada por las características de los planos que lo definen, creando ensanchamiento o puntos angostos en su extensión a manera de pulso.

De la percepción del espacio residual contenido se extrae una forma de habitar el castillete; una condición de interioridad irregular, con matices y  secciones curvas que transforman su composición interna y logran producir un cambio en su estructura.



Así podemos insertarnos en el volumen y percibir su composición interna, como un sólido que es interceptado por formas vacías que desafían la lógica de apilamiento, pero que a la vez conserva la identidad y forma inicial sin generar transformaciones en sus aristas y caras planas.